Actualmente, según datos oficiales del Ministerio de Producción de Nación, existen en nuestro país 853.886 empresas, de las cuales, el 62,06% se encuentran registradas, cifra que se ha incrementado desde 2016, a partir de la sanción de la Ley PyME, en casi 18%. De las 853.886 empresas, el 83% son microempresas, el 16,8% son PyMEs y solo el 0,2% son grandes empresas, teniendo en cuenta, que sólo en el sector micropymes genera 4,3 millones de puestos de trabajo registrados.
Recientemente, AFIP brindó cifras de los últimos 4 años donde en ese período, 24.537 fueron las empresas que cerraron sus puertas, una contracción de casi 4,5% si medimos el período diciembre 2015 - diciembre 2019, siendo el 91% de estas firmas con hasta 10 empleados, las más afectadas.
Posiblemente muchos empresarios PyMEs y aquellos que lean este artículo dirán que la principal causa de muerte de las pequeñas y medianas empresas tiene que ver con el cambiante contexto a que se enfrentan, condiciones de la macroeconomía y la política y las crisis que comúnmente se dan en este país. Sin embargo, no debemos atribuirle el mayor peso de esta carga a las mismas.
Los empresarios PyMEs suelen sorprenderse ante la realidad: 7 de cada 10 empresas que cierran sus puertas lo hacen por problemas internos relacionados con la mala gestión y una toma de decisiones equivocadas.
Desconocer la realidad actual o decir que el contexto o ecosistema de negocios no tiene un impacto importante en el resultado sería inapropiado, lo cierto es que en países como Argentina ese entorno ya es naturalmente complicado, y las empresas ya desarrollaron sistemas de defensa o adaptación. De hecho, empresa que nace y logra sobrevivir a los primeros años ya tiene anticuerpos para vivir mucho tiempo.
Un estudio realizado por una reconocida Consultora en Negocios y Desarrollo de Proyectos de nuestro país -entre 200 empresarios PyMEs de diferentes rubros y tamaños- sobre el “grado de estudios de los directores/dueños de las PyMEs con el mundo de los negocios”, señaló que sólo 3 de cada 10 empresarios han realizado alguna vez algún tipo de entrenamiento relacionado con los negocios, y sólo 1 de cada 10, es profesional de las ciencias económicas. A modo de ejemplo, esto es como si en un Hospital, sólo 3 de cada 10 personas de los que atienden a los pacientes, fueran médicos. En las PyMEs, pareciera que tener conocimientos en negocios, no es una opción a tener en cuenta para el desarrollo y crecimiento de las mismas.
Sin dudas, el desafío de los empresarios PyMEs es invertir mucho en activos intangibles, sea en profesionales especialistas o bien, en la capacitación constante de la estructura que la integran. Las PyMEs viven de desafío en desafío y en cambios constantes de contexto.
La disrupción tecnológica acelera los tiempos y exige cada vez más flexibilización y horizontes más cortos. En el camino de profesionalización y crecimiento de cada PyME hay incomodidad, pero también herramientas que los profesionales en ciencias económicas o especialistas pueden aportar para poner en práctica y de esta manera, coadyuvar en la gestión y administración de esa PyME.
Dentro de las problemáticas más comunes que enfrentan los empresarios PyMEs y que muchas veces, el no actuar a tiempo conlleva que la empresa se “enferme” y posteriormente existan muchos riesgos de desaparición, podemos citar:
- Falta de conocimiento y dominio sobre las finanzas de la empresa: 7 de cada 10 empresarios no saben con exactitud cuál es la rentabilidad de la firma o cuánto vale la misma; tampoco tienen o creen adecuado realizar una planificación financiera.
- Falta de delegación y profesionalización de la estructura: Lo que al principio es una ventaja, con el tiempo se transforma en un claro perjuicio para el empresario PyME. Al principio, el estar en todo le permite dominar el negocio y ser muy eficiente en costos y estructura, como así también, generar muy buena atención a los clientes, logrando un excelente feedback con ellos. ¿Quién lo va a atender mejor que el propio dueño? Sin embargo, con el paso del tiempo y la necesidad de crecer, la no delegación hace que el empresario comience a perder el control del negocio, y, sobre todo, su calidad de vida.
- Falta de tiempo para dedicar a la estrategia por tener que ocuparse de la operatoria de la firma: Esto viene atado al punto anterior. El hecho de querer estar en todo, cambia el foco de la empresa, de la estrategia a la operación y eso es un gran error, algo que, en estos tiempos, es imperdonable en el mundo de los negocios.
- Baja inversión en innovación: Las PyMEs creen que no pueden innovar porque asocian esta palabra con grandes creaciones de altísimo presupuesto, sin embargo, la innovación requiere de creatividad, pensar y estudiar sobretodo, algo más cercano y simple.
- Problemas familiares y falta de delegación generacional: 7 de cada 10 pequeñas y medianas empresas son familiares. El no poder separar la familia de la empresa es una de las causas de mayor ruptura en el mundo empresario. Las nuevas y las viejas generaciones entran en puja y luchas de poder, con visiones de cómo gestionar y tomar decisiones totalmente antagónicas.
- Falta de integración con otros empresarios del sector: El mundo lleva transitando desde hace tiempo un camino que se llama de Colaboración y Asociatividad. Se ha demostrado que el secreto pasa por tener una estructura pequeña y grandes socios que logren sinergia. Lamentablemente, esto no es muy común en el empresario PyME argentino y las pocas veces que se reúnen, es para juntar fuerzas ante una política del gobierno o un gran competidor.
- Crisis de crecimiento: Una de las causas de muerte más frecuentes es precisamente el crecimiento. ¿Por qué? Porque no sólo se crece en ventas o estructura. Cada vez que una empresa crece, aumenta su complejidad y lo que funde precisamente a las empresas, es no poder administrar esa complejidad.
Como expresamos entonces, una de las principales causas que los empresarios PyMes no suelen prestar atención es el crecimiento de la empresa y para muchos de ellos, éste es el principal problema o causa de muerte, cuando en realidad es el principal en términos estadísticos. Los otros problemas se dan, en general, precisamente por no poder administrar el crecimiento en las organizaciones. Las empresas PyMEs ponen foco en crecer, sobre todo en ventas, y no se dan cuenta de que ese crecimiento no es lineal y, sobre todo, que ese crecimiento siempre está acompañado de un gran incremento en la complejidad. No es lo mismo vender 10 o 15 unidades que 100, en términos de lo que la empresa debe desarrollar para administrar ese crecimiento.
Durante años, el empresariado argentino logró crecer y desarrollarse básicamente utilizando dos grandes habilidades. Por un lado, un gran esfuerzo y sacrificio; por otro, mucho sentido común. Tan sólo utilizando internet podemos encontrar cientos de ejemplo de empresarios PyMEs que sin siquiera tener el secundario o carrera universitaria terminados pudieron emprender y hacer crecer su organización.
Hoy, los tiempos han cambiado y con ello también lo hizo el mercado, que ahora es mucho más competitivo y complejo. Actualmente ya no alcanza con sentido común y voluntad de trabajo, se requiere profesionalismo, sobre todo cuando la empresa va creciendo.
Podríamos construir una analogía con lo que sucede cuando una persona aprende a conducir. Al principio solo se necesita un buen profesor y práctica para salir a la calle. Mientras manejemos despacio y con atención, podremos avanzar sin problema. Pero si, de repente, decidiéramos conducir más rápido y en una ruta muy cargada de tránsito, el riesgo de un accidente se incrementa.
Algo así pasa con una empresa. Al principio parece simple y podemos dominar todo. A medida que crecemos, hay que incorporar más colaboradores y estos ya no hacen las cosas como nosotros, no cuidan el negocio como nos gustaría. Por otro lado, lo que parecía matemática, ahora se transforma en finanzas, y es mucho más complejo. Aparecen competidores y ya no nos alcanza con vender a conocidos; es necesario contar con una estrategia de negocios que supera por mucho el solo hecho de atender bien.
Una de las principales y más dolorosas consecuencias de no poder administrar la complejidad es que ese emprendedor, ahora empresario, empieza a no disfrutar de su negocio. Se siente preso de su realidad y la frustración se vuelve el sentimiento más frecuente. Y así es sencillo caer en el camino que conduce al cierre de pymes.
Desde Contacomex Argentina podemos ayudarte a:
*Profesionalizar tu empresa
*Saber delegar que cosas y a qué colaboradores
* Pensar la estrategia de corto, mediano y largo plazo
*Analizar tu estructura de costos y manejo financiero del dinero
*Incrementar tus ventas y mejorar tu imagen corporativa entre otros.
Si avanzar en estos puntos te interesa, no dudes en que coordinemos una reunión.
Daniel Filippa Contador Público Nacional
Comentários